Drawings

The notion of preexistence takes on its true significance when its meanings connect with the environment that surrounds us and with our own identity. The art of drawing serves as a medium that facilitates these light and spontaneous moments, which gradually condense into lines and monochromatic stains. These visual creations act as remnants of something that is typically fragmented but possesses a mystery that sustains our attention.

This artistic process immerses us in the realm of the perceived, where the connection with an anonymous subject keeps personal memory in a state of alertness. Drawing is a way to translate what we observe, feel, and remember. We are not merely observing but actively participating in the construction of meanings.

Drawing allows us to represent the complexity of our relationship with the world that surrounds us and with ourselves. Each line, each monochromatic stain, becomes a tangible fragment of our connection with reality and memory. We are continuously weaving a web of meanings from our preexistence, and drawing serves as a vehicle to explore and communicate this intricate network of connections.

La noción de preexistencia adquiere su verdadera relevancia cuando sus significados se conectan con el entorno que nos rodea y con nuestra propia identidad. El arte del dibujo es un medio que facilita estos instantes ligeros y espontáneos, los cuales gradualmente se condensan en líneas y manchas monocromáticas. Estas creaciones visuales actúan como residuos de algo que generalmente está fragmentado, pero que posee un misterio que mantiene la atención.

Este proceso artístico nos sumerge en el mundo de lo percibido, donde la conexión con un sujeto anónimo mantiene a la memoria personal en un estado de alerta. El dibujo es una forma de traducir lo que observamos, sentimos y recordamos. No solo estamos observando, sino también participando activamente en la construcción de significados.

El dibujo nos permite representar la complejidad de nuestra relación con el mundo que nos rodea y con nosotros mismos. Cada línea, cada mancha monocromática, se convierte en un fragmento tangible de nuestra conexión con la realidad y la memoria. Estamos constantemente tejiendo un entramado de significados a partir de nuestra preexistencia, y el dibujo actúa como un vehículo para explorar y comunicar esta intrincada red de conexiones.